«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla» GABRIEL GARCIA MARQUEZ

domingo, 2 de diciembre de 2018

LOS PUENTES DE OTOÑO
* Cadaqués


Era tan solo un punto blanco, allá, al fondo de la montaña de Pení, cuando el autobús sorteaba las temidas curvas, y ya intuía que Cadaqués me iba a gustar. Y no es que me dejara influenciar por todos los comentarios favorables con los que me habían bombardeado desde el mismo momento que dije que me iba a visitar el pueblo, porque, a veces, esas mismas valoraciones actúan en detrimento de mi opinión. ¿No os ha ocurrido que cuando mejor os hablan de un lugar va, y luego, os decepciona? Pero en esta ocasión no fue así. Más al contrario: declaro desde hoy mi amor incondicional por Cadaqués y su entorno. Forman parte ya del elenco de "Mis lugares favoritos".



La vila de Cadaqués, enclosa, com una perla en sa petxina, en mig d'una ferradura de muntanyes hont verdegen els oliverars, i que té al davant lo mar blau i seré com el cel que limita l'horitzó. (...) 

Juro, prometo, que eso mismo era lo que mi vena más poética discurría cuando el bus tomaba cada vuelta de la carretera. Por esa razón, me hizo mucha gracia leer la prosa del Dr. Antoni Bartumeus, y sentir como mis pensamientos coincidían con sus palabras.




Tras dejar mis escasos bártulos en el hostal reservado, me lancé a la búsqueda de la oficina de turismo, donde un personal muy agradable me proporcionó mapa y folleto sobre un aspecto muy concreto en el que estaba del todo interesada.



Había leído sobre las casas modernistas de Cadaqués. Ese día supe que están englobadas dentro de la llamada "Ruta de los indianos", la cual ha sido creada por una red de municipios de Catalunya (Arenys de Mar, Begur, Blanes, Calonge, Barcelona, Lloret de Mar, Palafrugell, Sant Feliu de Guixols, Sant Pere de Ribes, Torredembarra, Vilanova i la Geltrú, y claro, Cadaqués) y que, como su nombre indica, consiste en recorrer un itinerario marcado para descubrir aquellas casas (y monumentos, en general) que se hicieron construir a principios del siglo XX, los emigrantes que tuvieron la fortuna de regresar enriquecidos de América.






Cadaqués celebra su herencia indiana con dicha ruta, pero también con locales que respiran aires caribeños, y como no, con una fiesta que recuerda y recrea el mundo colonial, y que se celebra a principios de junio. ¡Excusa suficiente para querer volver!



Esta fue una de las maneras que empleé para conocer Cadaqués, y que, además, me acercó a una etapa concreta de su historia. Sin embargo, a Cadaqués hay que ir sin rumbo, sin mapas, sin un trayecto prefijado. Es un pueblo muy pequeño, por tanto, es difícil perderse por él. Por eso, mi consejo, si hay alguien por ahí que desee ir es, aunque parezca una paradoja, que... ¡se pierda!😉





Datos prácticos

* Desde la Estación del Norte de Barcelona, salen diariamente autobuses de la compañía SARFA, pero recordad que en invierno restringen en mucho sus horarios. También existe la posibilidad de hacer la combinación tren-autobús, pero eso no os evitará las curvas que hay hasta llegar a Cadaqués, pues a él solo hay dos formas de entrar, o bien vía carretera, o bien por mar.

* La Oficina de Turismo está situada en la Calle des Cotxes, 2-A, que se encuentra al lado del Passeig  Marítim.

* Para comer, no hay problema, porque encontraréis para todos los gustos y bolsillos.

*   Me alojé en el Hostal El Ranxo. A destacar su inmejorable ubicación (Avenida Caritat Serinyana, 13), y amabilidad del personal. Lo peor, que el desayuno  se pagaba aparte y era bastante básico (por ponerle alguna pega).

* Cadaqués puede servir como base para realizar múltiples excursiones: desde el Parque Natural de Cap de Creus hasta el Faro de Cala Nans, Port de la Selva, Roses, La Selva de Mar y La Vall de Santa Creu. 



* En un villa marinera las actividades acuáticas están aseguradas: se puede realizar submarinismo, baños de noche y cenas en barco, pesca, etc.

* Y sería imperdonable no acercarse a Port Lligat y visitar la Casa de Dalí y Gala, de lo cual les hablaré en la próxima entrega de esta serie dedicada a "los Puentes de Otoño".

Hasta pronto ✋


jueves, 1 de noviembre de 2018

LOS PUENTES DE OTOÑO
* Ventajas de viajar en esta época del año



¿Conocen el juego "si fuera"?. Tal vez reciba otro nombre, pero yo lo conozco por ese título, y además en dos versiones diferentes. Uno muy divertido y lúdico, para jugar y amenizar veladas en grupos. Consiste en adivinar un personaje secreto en base a las respuestas dadas a la pregunta ¿si fuera? ¿Y si fuera una planta... una ciudad... un cuadro... una comida...? Y todo lo que se os ocurra. La segunda versión es mucho más introspectiva. La recomiendo jugar con la pareja o personas íntimas. A la par que ameno, tiene mucho de descubrimiento personal y reflexión.

Jugando conmigo misma, ya os digo que ¿y si fuera una estación del año? sin  dudarlo un segundo, la respuesta sería OTOÑO, no solo porque nací en el precioso otoño, sino por mi carácter tendente a la introversión y cierta timidez. Sin embargo, no todo en mí es reserva (porque sino, no estaría escribiendo este post, jeje!), así como no todo en otoño es quedarse en casa tras una taza de chocolate caliente viendo llover (que tampoco es un mal plan). Todo lo contrario, es una época perfecta para viajar.




Para la gran mayoría, otoño significa la vuelta de las vacaciones, y entrar de lleno en las rutinas y quehaceres habituales, por lo que se genera una cierta propensión al estrés y la fatiga. Sin embargo, al menos en España, contamos con unos grandes aliados: los puentes festivos (los bank holidays). De septiembre hasta las Navidades, nuestro calendario tiene coloreado ciertos días que dan tregua a la consabida monotonía diaria, lo que hace del otoño una época ideal para plantearse realizar pequeñas escapadas. Pero si encima, sois de los suertudos que le podéis adicionar algún día más, entonces la salida tendrá un plus añadido.

Que otoño es una época de gran personalidad no es discutible. Los bosques y las hojas de los árboles se mudan del verde a mil colores que van desde el rojo, al naranja, ocre, amarillo, marrón, plata, dorado... por lo que es una época preciosa para disfrutar de la naturaleza. Perfecta para alquilar una casa rural, de ésas con chimenea y sabor a pueblo.


Durante la temporada otoñal las temperaturas se suavizan. Sin hablar del recién aparecido "veroño", suele apetecer una manguita. Pero todavía estamos lejos de los fríos invernales, y mucho menos de las tórridas temperaturas veraniegas, así que magnífico para viajar.


La luz de otoño es más tenue, por lo que si os gusta la fotografía es una época preciosa para escaparse y practicar vuestro hobby.  Con la luz otoñal se evitarán esas duras sombras que tanto pueden afear nuestras fotos (al no ser que busquéis el efecto contraste). Asimismo, esos colores de los árboles de los que os hablaba anteriormente les dará a vuestras fotos una pincelada cromática única. Y si además aparecen nieblas, nubes bajas, cielos tormentosos, tan típicos en esta época, serán geniales.


Se suele tener miedo a la lluvia, pero caminar bajo ella (mientras que no sea un temporal) puede darle un toque romántico a una escapada otoñal. Porque sí, porque otoño es, sin ningún género de duda, la época más romántica del año.


Y por último, para ir acabando, lo más práctico y, tal vez, lo más importante: porque los precios son más económicos, y el número de personas y/o turistas es inferior. 


¡Ay Otoño! Que bonita forma de alargar nuestras vacaciones veraniegas.

Por si os lo estáis preguntando, las fotos de este artículo pertenecen a una salida de 4 días por el Aude, en el sur de Francia... por supuesto ¡en otoño!

miércoles, 26 de septiembre de 2018

GOD SAVE THE QUEEN
* Recordando Londres 






Soy de las que pienso que las monarquías están completamente obsoletas, y que deberían desaparecer porque ya no cumplen función alguna que no pudiera asumir un cargo elegido por sufragio universal. De hecho, no entiendo su papel más allá de ser embajadores... o una especie de marca de la casa. Por esa misma razón, pienso que la Familia Real española nos representa especialmente bien. 👅




A pesar de todo lo expuesto, y he aquí las contradicciones personales (que admito), soy muy fan de los Windsor, es decir, de la Realeza inglesa. Son tan victorianos y "polite" que lejos de reprobarlos, me divierten y los adoro. Sin duda, ninguna casa real dan tanto juego. Ya lo dijo Faruk de Egipto "dentro de unos años solo quedarán 5 reyes: los 4 de la baraja, y la reina de Inglaterra".




Con todo lo expuesto, no es de extrañar que uno de los lugares que más me interesaba visitar era Londres, la capital del Imperio británico. Y la verdad, la primera vez que la visité, simplemente, me impactó para bien. En las siguientes visitas no me impresionó tanto.
Al fin al cabo, era lógico. Sabía lo que me iba encontrar, y era difícil superar ese primer efecto. Pero me quedo con esa primera percepción, ese Londres mezcla de vanguardia y tradición, esa conjunción tan perfecta entre lo british y el cosmopolitismo, que no sabes dónde empieza uno y acaba el otro. Y no es que paseen por sus calles hombres con paraguas y bombín. Al menos nunca me he cruzado con ninguno. Aunque sí parece que siguen tomando el té con pastas a las 5 p.m. Tampoco lo he vivido. Por eso albergo  la esperanza, en próximos viajes, de ver algún auténtico gentleman mezclado entre la variopinta población, o alguna lady tomando el té.



PRIMAVERA


De mi primera visita me quedo con el adjetivo de intenso, porque es así como sentí Londres. Intenso, como el rojo utilizado en sus autobuses de doble planta, sus buzones postales, sus cabinas, las casacas de la guardia real, y por supuesto, de su bandera, la Union Jack.



INVIERNO 

De mi segunda visita me viene el olor a chocolate y caramelo, de una mañana recorriendo Candem, ese rastro combinación de mercadillo de pueblo, bazar oriental y modernidad; del pato laqueado, de una noche en el célebre barrio chino, bajo un cielo estrellado con miles de farolillos de papel; y del sabor a fish and chips de una taberna frente al British Museum.



OTOÑO

La tercera visita fue de lo más monográfica: rutas por el Londres más clásico, por el cinematográfico de la mano de Hugh Grant 😉 en Notting Hill, por el novelesco en Baker St. y el más macabro por Whitechapel.










VERANO

El del verano todavía está por llegar, y sin duda se hará. Londres es muuuucho Londres para verlo de una sola vez. Y como veis, tiene mil caras diferentes que descubrir en cada uno de los momentos en que vayáis. Dicen que en verano es cuando Buckingham Palace abre sus puertas para los turistas. Ahí estaré yo. Tal vez tenga la fortuna de ser la turista número un millón y el premio sea tomar el té con la Reina Isabel II.

Como se dice ... It's the luck of the draw! Es cuestión de suerte!.


domingo, 5 de agosto de 2018

ÉRASE UNA VEZ...
* Casaramona & Disney


Érase una vez... Casaramona


Hay en Barcelona un edificio que cuando era pequeña me intrigaba sobremanera. La culpa la tenía el letrero que luce en la torre que sobresale de entre los tejados. En dicho letrero se puede distinguir el nombre de "Casaramona". La verdad, no sé bien qué era lo que mi mente imaginaba en aquel entonces, pero sí que recuerdo que pensaba que qué suerte tenía la tal Ramona, que su casa era una especie de castillo.







Con el tiempo supe que de castillo nada. Y menos, residencia de reyes y princesas. Más bien, al contrario. "Casaramona" respondía al apellido de su dueño, el Sr. Casimir Casaramona y Puigcercós, empresario dedicado a la industria textil. Por tanto, el castillo de mi infancia en realidad era una fábrica construida a principios del siglo XX (entre 1909 y 1912).



La construcción corrió a cargo de uno de los arquitectos más emblemáticos del modernismo catalán, el Sr. Josep Puig i Cadafalch, que logró hacer un edificio ejemplo de salubridad, exigente con la seguridad, y sobre todo que velaba por las condiciones de trabajo de los propios empleados. Toda una novedad de la época.


Hoy en día, este edificio es sede de CaixaForum, una sala de exposiciones gestionada por la Obra Social de "La Caixa". 





Érase una vez... Disney


Una de las exposiciones realizadas en CaixaForum que más ilusión me provocó fue la llamada "Disney, el arte de contar historias". En ella, se intentaba desentrañar las fuentes de inspiración en los que la gran compañía cinematográfica ha bebido para realizar sus famosas películas; a saber, la mitología, las fábulas, las leyendas, los cuentos norteamericanos y los de hadas.







Será por ese edificio modernista que más bien parece un castillo de "felices para siempre". Será por la magia de Disney, que llenó nuestra infancia de ternura y fantasía,  por una tarde los caminos confluyeron y me devolvieron a mi niñez.



Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


DATOS PRÁCTICOS

Dónde está: Av. Francesc Ferrer i Guardia, 6-8, Barcelona
Medios de transportes para llegar: Bus, Ferrocarriles Catalanes y Metro.
Horario: De 10 a 20 h (de Lunes a Domingo)
Precio: 4 € (clientes de la Caixa y menores de 16 años, gratis)

sábado, 5 de mayo de 2018

DE MADRID A ÁFRICA
* Una jornada en Madrid muy bien aprovechada



Es totalmente comprensible que piensen que me he equivocado. El dicho dice que «De Madrid al cielo», para nada África, ni pasando por África. Pero lo comprenderán en cuanto les explique el motivo de este viaje exprés.


Escaparse a Madrid sea cual sea la excusa siempre es una buena idea. Es esta ocasión, la razón fue aprovechar un descuento de última hora para obtener las entradas del musical "El Rey León". Un sí rotundo se escapó de mi boca sin dejar tiempo a mi mente a pensárselo ni un solo instante.




Exprimiendo la mañana

Empezamos madrugando y con un plus de calorías que nos diera la suficiente energía para soportar un día que se preveía intenso. El pasadizo de San Ginés da nombre a la Chocolatería con más solera de Madrid, e ir a ella a comer chocolate, con churros o porras, no solo es una tradición, sino que un gustazo.



Teniendo un solo día... ¡que digo un día!... teniendo una mañana para disfrutar de la ciudad, había que planificar bien el tiempo para exprimirlo a tope. De nuevo recurrimos a nuestros amigos de Sandemans para que nos guíen y expliquen de forma amena el qué de Madrid, y, sobre todo, esas historias de la historia que tanto nos gustan.

¿Sabíais qué...?

La Plaza Mayor, en época medieval, quedaba a las afueras de Madrid, y en ella se celebraba el mercado, y así se evitaba pagar el "Portazgo" (un impuesto que gravaba las mercancías que entraban en la ciudad). 

La plaza quedó integrada en la ciudad con la remodelación que encargó Felipe II, que fue quien trasladó la capital de Toledo a Madrid, en 1561.

El uso de la Plaza Mayor fue antaño del todo morbosa. Antes de convertirse en un punto de disfrute y reunión tanto para turistas como para los propios madrileños, fue lugar para celebrar corridas de toros; para que la Inquisición condenase, o no, a los herejes, con sus autos de fe; y para que la Justicia cumpliese sus sentencias que tenían como resultado ejecuciones públicas.




El Palacio de Santa Cruz se halla en pleno corazón del Madrid de los Austrias. Hoy alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, pero en época de Felipe IV fue Cárcel de Corte.


Durante el levantamiento del 2 de mayo de 1808, con el que se inicia la Guerra de la Independencia, 56 de los 94 presos que se encontraban en las mazmorras pidieron salir para luchar contra los franceses, prometiendo volver. Cumplieron su promesa y regresaron 51 de ellos. Heroicidad y código de honor fueron de la mano de los que menos podríamos esperar.



La Calle del codo no solo es original por su forma, nunca mejor dicho, de codo. Situada en el antiguo Madrid de los Austrias, es famosa porque en esa época se convirtió en el particular urinario de un personaje no menos singular: D. Francisco de Quevedo. Tan hartos estaban los vecinos del lugar que colocaron una cruz con un mensaje "No se mea donde hay una cruz" para disuadir al escritor para que dejase tan chabacano acto. Su respuesta fue la siguiente: "No se coloca una cruz donde se mea". Poco debían conocer los vecinos de la ironía y de la destreza al utilizar las palabras de tan ilustre meón.



Las casas a la malicia. Al fijar Felipe II la Corte en Madrid, estableció la "Regalía del aposento", un impuesto de origen medieval que obligaba que todas aquellas casas de corte simétrico, fueran divididas en 2 partes iguales y ceder una de las casas resultantes a los funcionarios reales, sin pagar renta alguna. Pues bien, para evitar tal partición muchos de los dueños aplicaron la picaresca y nacieron estas casas, que consistían en crear una fachada claramente irregular y dispar, que diera a entender que el interior era igual. En fin, "inventa lege inventa fraude", que es lo mismo que decir "hecha la ley, hecha la trampa".



Una tarde muy especial

Llega el momento más esperado. Después de la comida y sobremesa con buenas amigas, el Teatro Lope de Vega en el 57 de la Gran Vía nos reclama.



El Rey León es un espectáculo magnífico. Un inicio que te pone los pelos de punta, la música excelente que ya todos conocemos y hemos cantado, los bailes llenos de ritmo (con sevillana incluida), y una recreación de los paisajes, los animales, las manadas, las estampidas, de lo más original. Calidad puesta a disposición de este musical de tintes skakesperianos. 

Con los sonidos africanos todavía resonando en nuestros oídos, queremos acabar el viaje en el punto donde Madrid se hermana con el continente negro. Nos dirigimos al egipcio Templo de Debod.



En una sola tarde hemos recorrido selva, sabana, desierto y el mismo Nilo. ¿Me creéis, ahora, cuando os digo que «De Madrid a África»?.


Hakuna Matata

sábado, 28 de abril de 2018

EL LABERINTO MÁS ROMÁNTICO
* El parque del Laberinto de Horta de Barcelona



Los laberintos han ejercido una fuerte fascinación ya desde la antigüedad. Tal vez el más conocido es el Laberinto del Minotauro en Creta. También son famosos los que se hallan en las tumbas egipcias o en las catedrales medievales. Estos tienen fuertes cargas de misterio y simbolismo. Pero dudo que el laberinto que nos ocupa tenga nada de esotérico. Más bien al contrario: de placentero y festivo... y de juego del amor, porque lo que aguarda en el centro no es un terrible monstruo, con cuerpo de hombre y cabeza de toro, sino una tierna estatua de Eros, el dios del Amor. Así que me imagino a las damas y caballeros dieciochescos (el Laberinto de Horta se inauguró en 1791) jugando a perderse deliberadamente, perseguirse, escaparse, buscarse, y reencontrarse en el centro del laberinto, que representa la culminación de su amor, después de haber sorteados los tortuosos caminos que conducen a él.






Para no perderse por el Laberinto


La taquilla para entrar al Parque se encuentra al lado el Palacio Desvalls, de estilo neomusulmán. Una vez superada la verja, os encontraréis la Fuente del Pelícano. Si seguís por el camino de la izquierda llegaréis al Jardín Romántico, con un falso cementerio medieval, y que acaba con una, también, falsa cascada.


Palacio Desvalls

Fuente del Pelícano

Jardín Romántico


No obstante, lo que todos hemos ido a buscar y a explorar es el Jardín Neoclásico. Desde la mencionada Fuente del Pelícano, deberéis proseguir por la derecha. Bordeando el palacio, por su parte trasera veremos los Jardines de los Bojes. Y de frente a ellos, el Jardín-museo propiamente dicho.

Detalle de los Jardines de los Bojes

Los Jardines del Laberinto siguen un terreno que está en pendiente por lo que está estructurado en tres niveles o terrazas:

El inferior lo ocupa lo que hace de este parque singular y único: el laberinto formado por cipreses recortados.

Nivel inferior: el laberinto

La terraza intermedia sobresale por dos templetes de estilo italiano en cuyo interior hay sendas estatuas de figuras mitológicas -Dánae y Ariadna-.

Nivel intermedio (Los templetes ) y nivel inferior (el Laberinto)

Para acceder al nivel superior hay que subir por una gran escalinata. Primero pasaréis sobre la acequia que surte de agua al parque, y subiendo un poco más  llegaréis al pequeño pabellón de Carlos IV. Detrás hay un estanque y la gruta de la ninfa Egeria.

Nivel superior: Pabellón de Carlos IV

Nivel superior: Pabellón de Carlos IV, el estanque y la Gruta de la ninfa Egeria


Y si con la guía que os he proporcionado, todavía os perdéis por el laberinto siempre podréis recurrir al hilo del ovillo o a las miguitas de pan. O ¡mejor! ¡Perderos! Será mucho más divertido.


Datos de interés

Dónde está: En el Passeig dels Castanyers, 1 de Barcelona


Cómo llegar: Parada Mundet del Metro L3 (la verde). O buses 27 y 76

Horario: de 10.00 a 19.00 h. De abril a octubre cierra a las 20.00 h.

Precios de entrada: 2,23 € la general. 1,42€ si es reducida. Los domingos es gratis.