«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla» GABRIEL GARCIA MARQUEZ

sábado, 8 de octubre de 2016

DIARIO DE VIAJE POR LOS PAÍSES BÁLTICOS

* Tercer día: Tallin 


Cuando preparaba el viaje recibí diversas opiniones en las que me manifestaban que Tallin era como una "Praga en pequeño". Nada más lejos de la realidad. Obviamente, toda ciudad con un casco antiguo de origen medieval es susceptible de ser comparado y encontrar semejanzas. Pero Tallin tiene personalidad propia, y su belleza es tal, que bien vale tener a la ciudad y a sus alrededores como único objetivo de una escapada de fin de semana, puente o mini-vacaciones. 

Recorriendo Tallin en 3 tiempos

Edad Media

Para no perder detalle del barrio histórico (Vanalinn) decidimos seguir la ruta que viene marcada en la Lonely Planet, que parte de la Plaza de la Libertad y acaba en las Puertas de Viru. Nos llevó, aproximadamente, unas 7 horas, con tiempo para comer en uno de los restaurantes que lucen terraza en la calle pikk


Plaza de la Libertad


Catedral de San Alejandro

Murallas de la ciudad baja

Plaza del Ayuntamiento, el corazón  de la ciudad

Casas en la Plaza del Ayuntamiento



Farmacia que data de 1422 y que todavía sigue en activo 


Siglo XVIII

Los tranvías nº 1 ó 2 os llevarán hasta el parque Kadriorg, que nos habla del momento en que Tallin pasó a manos rusas para los siguientes 200 años, hasta que logró su independencia en 1918. Fue Pedro I el Grande, quién mandó construir el palacio que allí veréis, y que hoy es el Museo de Arte Estonio. También se halla la Residencia Presidencial. Pero lo que más llamó nuestra atención fue la "pequeña" casita que el Zar de todas las Rusias utilizaba para sus estancias en la ciudad.

Palacio de Kadriorg

Casa de Pedro I



Guerra Fría

Poneros en la piel de un turista de 1972 que se aventura en Tallin (si sois españoles entonces, seguro, seríais de posición económica elevada y nivel cultural alto ¡ole!). Por aquel entonces Estonia formaba parte de la URSS, bajo el nombre de la República Socialista Soviética de Estonia. Haceros a la idea de aquella Unión Soviética oscura, donde cada individuo era tratado como posible sospechoso de ser enemigo o espía.

Ya en Tallin, solo hubierais tenido la opción de alojaros en el Hotel Viru, situado en la Viru Valjak nº 4. La pregunta es: ¿por qué?. Pues muy simple. Era el único hotel que existía en la ciudad, y eso permitía a la KGB tener a todos los turistas ubicados bajo un mismo techo y controlarlos desde su base secreta situada en la planta 23 del susodicho. En definitiva, como "La vida de los otros" versión hotel.

Hotel Viru

Os dejo un enlace muy interesante por si os interesa conocer más del tema:
¿Qué eche de menos de mi visita en Tallin?

Cada día soy más fan de la filosofía de la lentitud. De saborear los momentos con calma. Y la ciudad de Tallin invita a ello. Por eso me faltó un día para olvidarme del mapa y dejar a mis pies vagar sin rumbo para encontrar los pequeños rincones que solo se descubren a través de ojos curiosos.



Datos prácticos


¿Cómo llegar a Tallin desde Helsinki?

Como respuesta os remito a mi anterior post Helsinki, y nos vamos a Tallin.


Transporte en Tallin

Para la zona antigua no será necesario. Pero si vais a necesitar de transporte público, lo más práctico es comprar en los kioskos una tarjeta recargable válida hasta 5 personas. El título de transporte vale 2€, reembolsables. Si como nosotras sois varios, para validar los billetes deberéis marcar X por tantas personas seáis.