DIARIO DE VIAJE POR LOS PAÍSES BÁLTICOS
* Cuarto día: Parque Nacional de Lahemaa
Reconociéndome urbanita de pro, empiezo a tener necesidad de turismo de naturaleza, y provechar y disfrutar del aire libre, del mar, de las montañas y de los pequeños pueblos (como cambiamos :p).
A unos 70 km. al este de Tallin se halla uno de esos entornos naturales que hará las delicias de quienes como yo tengan sed de naturaleza. El Parque Nacional de Lahemaa, que fue el primero que tuvo el honor de recibir ese título en la antigua URSS en 1971, esconde cascadas, cañones, bosques, playas, turberas, ciénagas, pero también, pequeños pueblos pesqueros, casas solariegas o restos de antiguas instalaciones soviéticas.
Partimos desde el centro de Tallin, un grupo de 8 personas en una furgoneta, todos liderados por un guía llamado George. Nuestro primera parada fue las cascadas y el cañón del río Jägala.
A continuación visitamos la Casa Sagadi, una mansión barroca que data de 1753, hoy Centro Estatal de Gestión Forestal. También alberga un museo y un bonito hotel.
Una vez que hemos repuesto fuerzas en un restaurante de carretera, nos vamos a Käsmu, o "el pueblo de los Capitanes", llamado así porque antiguamente contaba con una Escuela de marina (hoy Museo Marítimo) donde se formaban futuros capitanes de barco. Se dice que, en el pasado, había al menos un capitán en cada una de las familias del pueblo.
Llega la visita más sorprendente del día: los restos de una antigua base submarina soviética, que hoy en día sirve como extraño paraje donde las familias estonias disfrutan de su picnic o de un tranquilo día de pesca.
Y el gran momento lo constituye una ruta de 3,5 km. por la ciénaga de Viru Bog.
De vuelta a Tallin y para celebrar un día que no ha tenido desperdicio, que mejor que comer algo rico, rico...
Datos prácticos
Lo que os acabo de relatar no es más que una excursión contratada el día anterior en la Oficina de Turismo de Tallin (Kullassepa, 4). Es interesante reservar con un poquito de antelación para no quedarse sin plaza. Nos costó 55 € por cabeza, comida aparte (4,5 € en un restaurante claramente dirigido a autóctonos). Su duración fue de 9 horas, saliendo a las 10.00 horas de la misma Tallin, y volviendo a las 19.00. El guía era de habla inglesa.