«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla» GABRIEL GARCIA MARQUEZ

sábado, 29 de octubre de 2016

DIARIO DE VIAJE POR LOS PAÍSES BÁLTICOS

* Sexto día:  Pärnu. Continuamos hacia Riga


Pärnu es la principal localidad turística de Estonia, y es considerada su capital estival. Por esa razón, teníamos previsto que ese día sería el más adecuado para disfrutar de la playa, y aunque, me temo, que de forma muy breve, pero al menos meter los pies en el Báltico. Pero ¿qué dice el enunciado de la famosa ley de Murphy? Pues que «Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal». Y claro, ese día fue, con diferencia, el peor de todos: plomizo, nublado, lluvioso, frío... ¿se puede pedir más?. 


Nuestra entrada a la ciudad no fue triunfal, pero no por ello no íbamos a hacerlo por la puerta grande, o mejor dicho, por la Puerta de Tallin, o el único vestigio de la antigua muralla construida por los suecos en el s. XVII. Por ella accedimos a un bonito casco antiguo provisto de preciosas casas de madera y bellas iglesias.


Puerta de Tallin




Pero que nadie se piense que nos íbamos a ir sin pisar la playa. Era lo que habíamos ido buscando y lo encontramos. De camino, elegantes villas estilo art nouveau nos iba saliendo al paso, hasta que dimos con esa larga extensión de arena dorada llena de artilugios, lo que nos hizo pensar que posiblemente los estonios disfrutan mucho más de la playa de lo que en un principio pudiera parecer, a juzgar por el tiempo.


Ammende Villa






Lindas margaritas para dar una nota de color a este día tan gris



Datos Prácticos

Si habéis seguido el viaje, recordaréis que nuestro punto de partida para llegar a Pärnu, no fue otro que Tartu. Salimos de la Estación de autobuses de esa población a las 17.30 en un autobús de la Compañía GoBus AS. El billete nos costó 11,50€. Llegamos a Pärnu  a las 20.30 horas.



Como el hotel estaba un poco alejado de la Estación de Pärnu, sobre todo para ir andando tirando de maleta, cogimos un taxi que nos costó algo menos de 4€. Y por cierto, muy legales.

_________________________________________________________________________

Y tras pasar parte de nuestro día en Pärnu, y como ya no daba para más, 
¡nos fuimos a Riga!
_________________________________________________________________________


¿Cómo llegar desde Pärnu hasta Riga?

Pärnu (Estonia) está unida con Riga (Letonia) por carretera. Volvimos a coger otro bus de la Compañia Lux Express, concretamente el de 13.00 (6 €).

¿En qué momento cruzamos la frontera? ¿Cuándo dejamos Estonia y entramos en Letonia? Es difícil saberlo, porque no hay nada, o por lo menos, yo no me dí cuenta, que lo indicase. Además, aunque precioso, es paisaje es muy igual en ambos países: bosques y más bosques, y apenas poblaciones.

En algo de más de dos horas, a las 15.40 horas, llegamos a Riga, en medio de un gran aguacero, que nos apuntaba que el día había dado a su fin.

sábado, 22 de octubre de 2016

DIARIO DE VIAJE POR LOS PAÍSES BÁLTICOS

* Quinto día: Nos vamos de Tallin, paramos en Tartu, y llegamos a Pärnu.



Mira que Tartu es una población pequeña (aunque sea la segunda en importancia de Estonia). Pero el no saber interpretar el plano a la primera nos llevó un buen rato y unas cuantas vueltas entender que lo que ocurría es que los restos de la Catedral, el Museo de Historia Universitaria y la Piedra de los Sacrificios se hallan en la parte alta de la ciudad. Y que la Universidad y el Ayuntamiento y la Iglesia de San Juan están a los pies de la colina. Una vez resuelto el enigma, el plano resultó tan sencillo como si de un damero se tratase.


Tartu, ciudad universitaria por excelencia, está llena de pequeñas curiosidades: singulares esculturas, algunas escondidas en apartados rincones, y otras, como ésa de los dos estudiantes besándose sin reparo, a la vista de todos; sin embargo, lo que más llamó mi atención fue los dos puentes situados uno frente al otro. Uno, dedicado al diablo, el otro, a un ángel. Decidimos hacer caso omiso del primero, y prestar atención al segundo. Lo cruzamos, tal y como manda la tradición, aguantando la respiración, a la vez que pedíamos un deseo, a ver si es verdad que se ven cumplidos nuestros anhelos.

Puente del Angel y del Diablo

Esculturas desperdigadas por la ciudad



Datos prácticos

Nos hallábamos en Tallin y queríamos ir a Tartu. No hubo ningún problema porque ambas poblaciones están bien comunicadas con autobuses con amplios horarios. Nosotras cogimos el de la compañía Lux Express, a las 10.00 de la mañana. El billete nos salió por 8€. Los buses eran modernos, amplios, cómodos y equipados con internet.

Si requerís de más información:
www.tpilet.ee

t
Estación Central de Autobuses en Lastekodu, 46 de Tallin
Para llegar: tranvías 2 ó 4

Solo deseábamos estar de paso en Tartu porque, en realidad, nuestro destino era Pärnu. En, aproximadamente, 4 horas habíamos dado un rápido vistazo a esta preciosa ciudad. Dejamos las maletas en el depósito de equipajes de la estación.


Por cuestiones prácticas comimos en un restaurante del centro comercial situado al lado de la misma Estación de Autobuses de Tartu, que a pesar de ser domingo estaba abierto. Pero alrededor del Ayuntamiento está lleno de ellos, con una pinta estupenda. Además, en la Raekoja plats encontrareis la "Chocolatería de Pierre". Si sois amantes de los dulces os va a ser muy difícil resistiros.

sábado, 15 de octubre de 2016

DIARIO DE VIAJE POR LOS PAÍSES BÁLTICOS

* Cuarto día: Parque Nacional de Lahemaa


Reconociéndome urbanita de pro, empiezo a tener necesidad de turismo de naturaleza, y provechar y disfrutar del aire libre, del mar, de las montañas y de los pequeños pueblos (como cambiamos :p).

A unos 70 km. al este de Tallin se halla uno de esos entornos naturales que hará las delicias de quienes como yo tengan sed de naturaleza. El Parque Nacional de Lahemaa, que fue el primero que tuvo el honor de recibir ese título en la antigua URSS en 1971, esconde cascadas, cañones, bosques, playas, turberas, ciénagas, pero también, pequeños pueblos pesqueros, casas solariegas o restos de antiguas instalaciones soviéticas. 

Partimos desde el centro de Tallin, un grupo de 8 personas en una furgoneta, todos liderados por un guía llamado George. Nuestro primera parada fue las cascadas y el cañón del río Jägala.



A continuación visitamos la Casa Sagadi, una mansión barroca que data de 1753, hoy Centro Estatal de Gestión Forestal. También alberga un museo y un bonito hotel.




Una vez que hemos repuesto fuerzas en un restaurante de carretera, nos vamos a Käsmu, o "el pueblo de los Capitanes", llamado así porque antiguamente contaba con una Escuela de marina (hoy Museo Marítimo) donde se formaban futuros capitanes de barco. Se dice que, en el pasado, había al menos un capitán en cada una de las familias del pueblo.




Llega la visita más sorprendente del día: los restos de una antigua base submarina soviética, que hoy en día sirve como extraño paraje donde las familias estonias disfrutan de su picnic o de un tranquilo día de pesca.



Y el gran momento lo constituye una ruta de 3,5 km. por la ciénaga de Viru Bog.





De vuelta a Tallin y para celebrar un día que no ha tenido desperdicio, que mejor que comer algo rico, rico...



Datos prácticos

Lo que os acabo de relatar no es más que una excursión contratada el día anterior en la Oficina de Turismo de Tallin (Kullassepa, 4). Es interesante reservar con un poquito de antelación para no quedarse sin plaza. Nos costó 55 € por cabeza, comida aparte (4,5 € en un restaurante claramente dirigido a autóctonos). Su duración fue de 9 horas, saliendo a las 10.00 horas de la misma Tallin, y volviendo a las 19.00. El guía era de habla inglesa.

sábado, 8 de octubre de 2016

DIARIO DE VIAJE POR LOS PAÍSES BÁLTICOS

* Tercer día: Tallin 


Cuando preparaba el viaje recibí diversas opiniones en las que me manifestaban que Tallin era como una "Praga en pequeño". Nada más lejos de la realidad. Obviamente, toda ciudad con un casco antiguo de origen medieval es susceptible de ser comparado y encontrar semejanzas. Pero Tallin tiene personalidad propia, y su belleza es tal, que bien vale tener a la ciudad y a sus alrededores como único objetivo de una escapada de fin de semana, puente o mini-vacaciones. 

Recorriendo Tallin en 3 tiempos

Edad Media

Para no perder detalle del barrio histórico (Vanalinn) decidimos seguir la ruta que viene marcada en la Lonely Planet, que parte de la Plaza de la Libertad y acaba en las Puertas de Viru. Nos llevó, aproximadamente, unas 7 horas, con tiempo para comer en uno de los restaurantes que lucen terraza en la calle pikk


Plaza de la Libertad


Catedral de San Alejandro

Murallas de la ciudad baja

Plaza del Ayuntamiento, el corazón  de la ciudad

Casas en la Plaza del Ayuntamiento



Farmacia que data de 1422 y que todavía sigue en activo 


Siglo XVIII

Los tranvías nº 1 ó 2 os llevarán hasta el parque Kadriorg, que nos habla del momento en que Tallin pasó a manos rusas para los siguientes 200 años, hasta que logró su independencia en 1918. Fue Pedro I el Grande, quién mandó construir el palacio que allí veréis, y que hoy es el Museo de Arte Estonio. También se halla la Residencia Presidencial. Pero lo que más llamó nuestra atención fue la "pequeña" casita que el Zar de todas las Rusias utilizaba para sus estancias en la ciudad.

Palacio de Kadriorg

Casa de Pedro I



Guerra Fría

Poneros en la piel de un turista de 1972 que se aventura en Tallin (si sois españoles entonces, seguro, seríais de posición económica elevada y nivel cultural alto ¡ole!). Por aquel entonces Estonia formaba parte de la URSS, bajo el nombre de la República Socialista Soviética de Estonia. Haceros a la idea de aquella Unión Soviética oscura, donde cada individuo era tratado como posible sospechoso de ser enemigo o espía.

Ya en Tallin, solo hubierais tenido la opción de alojaros en el Hotel Viru, situado en la Viru Valjak nº 4. La pregunta es: ¿por qué?. Pues muy simple. Era el único hotel que existía en la ciudad, y eso permitía a la KGB tener a todos los turistas ubicados bajo un mismo techo y controlarlos desde su base secreta situada en la planta 23 del susodicho. En definitiva, como "La vida de los otros" versión hotel.

Hotel Viru

Os dejo un enlace muy interesante por si os interesa conocer más del tema:
¿Qué eche de menos de mi visita en Tallin?

Cada día soy más fan de la filosofía de la lentitud. De saborear los momentos con calma. Y la ciudad de Tallin invita a ello. Por eso me faltó un día para olvidarme del mapa y dejar a mis pies vagar sin rumbo para encontrar los pequeños rincones que solo se descubren a través de ojos curiosos.



Datos prácticos


¿Cómo llegar a Tallin desde Helsinki?

Como respuesta os remito a mi anterior post Helsinki, y nos vamos a Tallin.


Transporte en Tallin

Para la zona antigua no será necesario. Pero si vais a necesitar de transporte público, lo más práctico es comprar en los kioskos una tarjeta recargable válida hasta 5 personas. El título de transporte vale 2€, reembolsables. Si como nosotras sois varios, para validar los billetes deberéis marcar X por tantas personas seáis. 

sábado, 1 de octubre de 2016

DIARIO DE VIAJE POR LOS PAÍSES BÁLTICOS

* Segundo día: Helsinki, y nos vamos a Tallin


La consigna del día: hay que aprovechar al máximo la mañana que estamos en Helsinki. Para ello nos levantamos lo bastante temprano como para fastidiar a una dormilona como yo. ¿Quién me meterá en estos jaleos? me pregunto mientras tomamos el tranvía nº 2 que nos lleva a la zona de los muelles situada en la Plaza del Mercado. Allí cogemos el ferry que se dirige a nuestro primer destino: la isla de Suomenlinna

Un cuarto de hora después llegamos a lo que dicen es una de las mayores fortalezas marítimas del mundo, construida por los suecos en la segunda mitad del siglo XVIII, para controlar la entrada de los barcos a la ciudad, y que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. 

En la isla hay de todo: museos, cafés, restaurantes, tiendas, zonas verdes y hasta una diminuta playa, en la que bañarse. Se podría pasar todo el día allí. Es una excursión bonita y recomendable.






La isla de Suomenlinna totalmente nevada (foto tomada de la foto que se halla en el Museo de Soumenlinna)



Volvemos y damos nuestro último paseo por la ciudad. Es una pena que no tengamos tiempo suficiente para comer en las terracitas de la Plaza del Mercado. Reclama nuestra atención los vivos colores de las frutas del bosque, el olorcito a pescadito frito, o el puesto de comida cuya especialidad es el reno. Pero tenemos una cita ineludible con otro ferry. Nos vamos a Tallin.



Decimos adiós a una ciudad que ha sido toda una sorpresa muy agradable. Tengo que confesar que no me lo esperaba. Es una ciudad tranquila, armoniosa y con encanto. Con lo que me voy con las ganas de más.

Las caras estrambóticas de la Casa Pohjola

Estación de Ferrocarril

Golfo de Finlandia

Unas dos horas y 10 minutos después de haber salido en barco del puerto de Helsinki llegamos a la ciudad de Tallin, en Estonia. Solo tenemos tiempo para buscar el hotel que se halla a las afueras de la ciudad. Una vez alojadas en él damos finiquitado el día.


Llegada al Puerto de Tallin


¿Qué eche de menos de mi visita en Helsinki? 

Sin duda uno de los grandes reclamos y la idea que nos venden de Helsinki es el diseño de vanguardia. Me faltó poder conocerlo visitando edificios como la Casa de Finlandia, la Opera Nacional, o distritos como el de Punavuori, donde poder descubrir las últimas tendencias en moda, cocina, mobiliario, etc. 

Datos de interés 

Ferrys a Suomenlinna. La misma tarjeta de transporte de un día vale para este barco. Salen cada 20 minutos del lado derecho de la Plaza del Mercado. 

Ferrys a Tallin. Se compró, con antelación,  los billetes de la compañía Eckerö Line (29 €). Parten desde la Länsiterminaali (Terminal marítima del oeste). El tranvía nº 9 deja prácticamente en la misma puerta.