«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla» GABRIEL GARCIA MARQUEZ

domingo, 14 de noviembre de 2021

LA ISLA DE LOS MIL RINCONES

*Menorca (1ª parte)


Durante 2020 no hubo vacaciones.

No fue culpa de la pandemia. De hecho, estaban planificadas y listas. Pero justo en el último momento, a muy pocas horas de que se hicieran realidad, se truncaron. Así que tuve que regresar al estado de hibernación que me había sumido el maldito año, y no me quedó más remedio que morder el polvo.

Llegó 2021 con sus nuevas y sucesivas olas de covid, pero también una nueva esperanza en forma de vacuna. Era como ver la luz al final del túnel, y eso abría nuevas expectativas. También, en casa, la situación se percibía diferente. Y sí, esta vez sí iba a poder ser. Durante agosto iba a poder disfrutar de las ansiadas vacaciones, después de un año y medio complicado, tanto a nivel general como personal.

Menorca fue el destino elegido. Lo propuso mi amiga Mari y yo no puse ninguna pega, pues era de esos sitios que ya rondaba por mi cabeza hacía tiempo.

Me gustaría hablar de Menorca "como la isla que respira tranquilidad". Esa es la idea que me habían vendido y la manera que me habría gustado ver y conocer, pero me es imposible. Tal vez sea así en otras épocas del año, pero no en temporada alta. O por lo menos, no durante la semana del 12 al 20 de agosto del 2021, que es cuando nosotras estuvimos. La isla estaba llena de turistas, afortunadamente, muy respetuosos. No como ese que parece que se impone, barato, de botellón y proclive a los excesos. Un destino tan cacareado y verano es una mala conjunción, y mucho me temo que durante el período estival ya no habrá ninguno de sus rincones sin visitantes. Aunque rincones, os lo puedo asegurar, no le faltan.



PLAYAS Y CALAS


Recuerdo haber leído que Menorca tiene playas y calas, tantas como días del año. Es decir, que si querías, no hacía falta repetir.

Trato de buscar, de nuevo, la información y no la encuentro. Tal vez lo haya soñado. Pero sí leo que tiene 75 playas censadas. Desconozco si el dato es cierto. De lo que sí me percato es que son el gran atractivo de Menorca, y que mucha gente acude a la isla exclusivamente a disfrutar de sus maravillosas aguas equiparadas al mismísimo Caribe.

Lo que no había leído, y he aquí la sorpresa, que hay variedad y para todos los gustos: las hay de arena, pero también de piedra; las hay de agua azul turquesa, pero también de color verde esmeralda; las hay de formas abruptas, pero también paradisiacas. Todo como corresponde a una isla que está claramente dividida en dos zonas geológicas muy diferenciadas: una norte, la de Tramuntana, más escarpada y áspera. Otra sur, la de Migjorn, más suave y cálida. Y todo unido por el Camí de cavalls, o lo que hoy en día constituye la ruta GR223, un sendero de unos 185 Km. de longitud que cubre al completo el perímetro de la isla. Siguiendo el camino os llevará a esas, no sé cuántas, pero muchas playas menorquinas.

Por si alguien está interesado, mis preferidas fueron Sa Turqueta y Cala Galdana al sur, Pregonda y Es grau al norte.



PARQUES Y NATURALEZA

Una sorpresa grata me esperaba al pisar suelo menorquín. Debido a otras experiencias vacacionales por el Mediterráneo, creía que me encontraría una isla reseca y pobre en vegetación. Sin embargo, un gran manto de árboles y matorrales, todo muy verde, inundaba el paisaje.

La carretera principal (la Me-1) que une Mahón con Ciudadela es también línea divisoria entre el sur y el norte, las ya famosas Migjorn y Tramuntana. El paisaje del norte está formado por colinas y valles. En contra, el sur es más homogéneo y llano, solo interrumpido por algunos barrancos, y donde abunda la piedra del marés, piedra calcárea blanda y muy porosa, que ha sido muy utilizada desde la antigüedad en la construcción tradicional. Un ejemplo muy claro de lo que hablo son Ses Pedreres de S'Hostal, en Ciutadella, regidas por la Fundación Lithica. Son unas antiguas canteras de marés que actualmente conforman un espacio donde naturaleza y arte se han unido para crear algo muy original y bello. Ya forman parte de mi catálogo personal de jardines favoritos.



La isla es Reserva de la Biosfera desde 1993, pero además cuenta con espacios protegidos como el Parque Natural de s'Albufera des Grau, que comprende playas, acantilados, bosques, lagunas, humedales, así como campos de cultivo y terrenos ganaderos. El lugar constituye un refugio para las aves acuáticas de todas las Baleares.

El monte Toro tiene el honor de ser el punto más alto de Menorca (358 metros), y está situado justo en el centro de todo el territorio. Es un lugar emblemático porque en él se ubica el Santuario de la Mare de Déu del Toro, patrona de la isla. Desde él se puede contemplar la isla entera, y dicen que hasta Mallorca en días claros.



POBLACIONES

La dualidad que se observa por toda la isla, también se puede extrapolar a sus poblaciones.

Dos son las ciudades más importantes y grandes de Menorca: Maó, colonial y británica, y Ciutadella, medieval y aristocrática. Cada una está situada en un extremo de la isla: Maó al este y Ciutadella al oeste. Esta fue la antigua capital, y Maó la actual. De Maó destaco su hermoso puerto natural que además es el más grande de todo el Mediterráneo y el quinto del mundo. Y de Ciutadella su casco antiguo, lleno de casas señoriales y la única catedral de la isla. Ambas son ideales para descubrirlas callejeando.

Es Mercadal y Alaior son pueblos con casitas blancas, y aspecto laberíntico por haber sido fundados en la Edad Media. Es Mercadal, a los pies del monte Toro, marca el centro isleño y es plenamente reconocible por el molino que descansa junto a la carretera. Alaior está rodeada de los grandes poblados talayóticos de la isla.

Fornells y Es Grau, al norte de Maó, tienen un carácter marinero muy marcado. Fornells es, sobre todo, conocido por ser el lugar donde mejores calderetas se cocinan. Y Es Grau por estar enclavado en pleno Parque Natural de s'Albufera des Grau, y desde donde comienza una de las rutas del parque.

Sant Lluís y Sant Climent, al sureste de la isla, son dos pequeños pueblos que parecen haber sido trazados con escuadra y cartabón. No nos engañemos. Tampoco es que tengan gran atractivo, pero pueden ser idóneos para parar y tomar un café, y ya de paso dar un breve paseo.

Mención aparte para Binibeca. En honor a la verdad, es una localidad muy bella y fotogénica. Pero es que ya fue creada así en 1961 por un grupo de empresarios que querían construir una urbanización de lujo. Personalmente no puedo decir que no me gustara, pero me pareció artificial. Una imitación bien conseguida.


YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS

Recogíamos nuestro coche de alquiler y a la salida del párquing nos dábamos de bruces con un pequeño vestigio histórico. Normal, son más de 1500 restos catalogados pertenecientes a la cultura talayótica los que se encuentran diseminados por toda la isla, que lo raro sería no tropezarse con alguno.

Dicha cultura se desarrolló  durante las edades de Bronce y de Hierro, es decir, desde el 1500 a. C. hasta la invasión romana de Menorca en el 123 a. C., aunque los estudiosos no se ponen de acuerdo. Recibe su nombre por una de sus construcciones más características: el Talayot, o torre circular (o cuadrada) cuya finalidad es discutida. Tal vez fuera defensiva, de almacén o lugares de reunión.

Otras de las construcciones más significativas son las Navetas, con forma de una nave invertida y un uso funerario colectivo; y las Taulas, formadas por una gran losa vertical que aguantaba otra horizontal, como una gran T. Su función no está clara, pero se especula que fueran desde una mesa para los sacrificios a monumentos conmemorativos.

Como es obvio tuvimos que seleccionar entre los muchos yacimientos prehistóricos, y escogimos los que creímos más representativos: 

la Naveta des Tudons, tal vez el monumento más reconocido de la cultura talayótica;
Talatí de Dalt, uno de los mejores conservados, y con una bella taula soportada por una pilastra;
Torralba d'en Salort, uno de los más espectaculares, con la taula más alta;
Torre d'en Galmés, con 3 grandes talayots. 
A estas visitas añadimos:
la Necrópolis de Cala Morell, un conjunto de cuevas que sirvió de cementerio en época de transición a finales del periodo talayótico, y 
las ruinas del campamento romano de Sanitja.

Menorca resulta ser un museo al aire libre, que, además, opta a la candidatura de Patrimonio de la Humanidad, por lo que acercarse a cualquiera de los yacimientos, si se quiere obtener una visión más completa de la isla, es de obligado cumplimiento.


FAROS

Me gustan los faros... ¡Como a muchos! Tienen algo de mágico. Solitarios y melancólicos, pero orgullosos haciendo frente a las amenazas del mar y el viento. Suelen estar en lugares apartados y salvajes, sin embargo, de gran belleza.

Visitar los faros de Menorca es otro de los grandes clásicos. Puede que no sepamos sus nombres, pero dudo que nadie no haya oído hablar de ellos, sobre todo si estáis preparando un viaje a la isla.

Existen 7 distribuidos geográficamente de forma regular por todo el territorio salvo la parte sur. Nosotras no pudimos verlos todos, no obstante con los que visitamos nos hicimos una idea:

El faro de Favàritx, tal vez sea el más bonito y elegante por su alta torre y su decoración de bandas combinadas en blanco y negro dibujadas en espiral. Además, ayuda su ubicación. Enclavado en el Parque Natural de S'Albufera des Grau, y con un paisaje totalmente pelado, con roca de pizarra negra, parece que nos hemos trasladado a algún lugar remoto, alejado de la civilización.

Rodeado por una cantera de piedra, el faro de Cavalleria está a pie de un acantilado, aunque de eso no eres consciente hasta que no te asoman por alguno de sus miradores. Uno de ellos se esconde en una cueva que fue utilizada como polvorín durante la Guerra Civil. El faro es chato, pero eso no le resta gracia ninguna pues el entorno es simplemente perfecto.

No tanto así, ocurre con los de Artrutx y el de Ciudadela que se erigen al lado de zonas pobladas, aunque no por ello vamos a dejar de sentir la misma fascinación por esas maravillosas construcciones que nos transportan a otros mundos misteriosos.



Y con esto mi visión más personal de la isla. En el próximo post os explicaré nuestro itinerario y os daré consejos prácticos, según nuestra experiencia, que os puedan ser de utilidad.

Gracias por pasaros por aquí 😀